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Crisis de seguridad en Acapulco: se repite asalto en tienda Coppel

Crisis de seguridad en Acapulco: se repite asalto en tienda Coppel

Un nuevo asalto Coppel Zapata ocurrió la noche del domingo, cuando sujetos armados ingresaron a la sucursal de Ciudad Renacimiento y se llevaron equipos celulares sin oposición, repitiendo un robo reciente y encendiendo alarmas por la creciente vulnerabilidad comercial en Acapulco.

Segundo ataque consecutivo golpea a Renacimiento

Por segunda ocasión en pocos días, hombres armados entraron a la tienda Coppel Zapata, ubicada en la colonia Ciudad Renacimiento, una de las zonas más densamente pobladas del puerto. De acuerdo con empleados, los agresores se dirigieron directamente al área de telefonía celular, rompieron vitrinas y sustrajeron varios equipos antes de retirarse con total calma.

El hecho, que se registró alrededor de la noche del domingo, vuelve a colocar a la seguridad Acapulco en el centro de la discusión pública. Ni los operativos anunciados, ni los patrullajes reforzados lograron impedir que el mismo establecimiento fuera atacado bajo el mismo modus operandi.

Vecinos consultados señalaron que este tipo de hechos se ha vuelto más frecuente. “Aquí la policía pasa después, nunca antes”, relató un comerciante cercano, quien prefirió no dar su nombre por seguridad.

Violencia Renacimiento: un patrón sin contención

Este nuevo caso de violencia Renacimiento confirma la ausencia de inteligencia preventiva en una zona considerada de riesgo. La reincidencia del delito apunta a una clara falla en la identificación de rutas, horarios críticos y grupos delictivos que operan con alta movilidad.

El asalto también expone la vulnerabilidad de los trabajadores, quienes narran sentirse desprotegidos pese a los discursos oficiales sobre “recuperación de la paz”. Hasta el momento, no hay un comunicado oficial que indique si existen líneas de investigación sólidas o avances en la identificación de los responsables.

Organizaciones civiles del puerto han insistido en que ataques repetidos como este generan un efecto dominó: cierran negocios, desincentivan inversión y elevan el miedo colectivo. La población exige acciones reales, no declaraciones.

Mientras la vida diaria sigue marcada por la incertidumbre, Acapulco espera que las autoridades respondan con hechos y no con discursos. Cada ataque repetido es un recordatorio de que la ciudad merece más protección y menos promesas.

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