Cuatro años de abandono e ineptitud en Acapulco: reportan ciudadanos
A cuatro años de haber asumido la presidencia municipal, la administración de Abelina López Rodríguez enfrenta una creciente indignación ciudadana por lo que se considera una de las peores gestiones en la historia del puerto, particularmente en el tema del agua potable.
Vecinos, colectivos y usuarios en redes sociales han alzado la voz nuevamente este mes, al cumplirse cuatro años del inicio del gobierno de Abelina, señalando que la crisis hídrica no fue causada por el huracán ni por falta de recursos, sino por años de ineptitud, corrupción y abandono sistemático desde la propia CAPAMA.
“Hoy cumplimos 4 años sobreviviendo entre cubetas, pipas a sobreprecio, drenajes colapsados y promesas vacías”, se lee en uno de los mensajes más compartidos esta semana en redes sociales.
La falta de agua potable se ha vuelto una pesadilla cotidiana para miles de familias acapulqueñas. Barrios enteros pasan semanas sin recibir una gota en sus tinacos, mientras las autoridades municipales brillan por su ausencia.
El colapso de la red hidráulica: CAPAMA, dirigida por funcionarios señalados por presunta corrupción y negligencia, se ha convertido en el epicentro de la crisis. Obras inconclusas, reparaciones mal hechas y desvíos de recursos son solo algunas de las denuncias que siguen sin respuesta.
Gastos superfluos, cero soluciones: Mientras el puerto se seca, la alcaldesa ha priorizado giras, foros, eventos masivos y autopromoción. Para los ciudadanos, el mensaje es claro: el espectáculo está por encima del servicio público.
Cinismo y burla oficial: En lugar de asumir responsabilidades, la narrativa oficial ha sido minimizar la emergencia, culpar a desastres naturales y esconder la ineficiencia detrás de discursos vacíos.
“No fue el huracán. No fue la falta de recursos. Fue el saqueo y la incapacidad de un gobierno que nunca tuvo interés en gobernar”, sentencian ciudadanos.
Hoy, Acapulco sigue seco, pero la paciencia también. Crece el clamor por un cambio real, por un gobierno que escuche y atienda, no que huya detrás de un discurso hueco. El agua no es un lujo, es un derecho. Y Acapulco ya no está dispuesto a mendigarlo.
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