Escuela primaria de Acapulco cumple 120 años
La Escuela Primaria Ignacio Manuel Altamirano, una de las instituciones educativas más antiguas y respetadas del puerto, cumple 120 años desde su fundación en 1906. Su legado ha marcado a generaciones de acapulqueños y sigue siendo un pilar en la memoria colectiva del municipio.
Un plantel centenario que marcó la educación en Acapulco
La historia de la Escuela Primaria Ignacio Manuel Altamirano es también la historia de la educación en Acapulco. Fundada el 6 de enero de 1906 por la maestra Felícitas V. Jiménez, inició como un pequeño colegio con la intención de ofrecer educación básica a las familias del centro del puerto, en una época en la que el acceso escolar era limitado y dependía del esfuerzo comunitario.
Con el paso de los años, la escuela adoptó el nombre del escritor, maestro y pensador mexicano Ignacio Manuel Altamirano, considerado una figura nacional del civismo, la cultura y la identidad educativa. Su nombre se convirtió en emblema de disciplina, formación integral y responsabilidad social.
Desde su antigua sede en el corazón del puerto hasta su reconstrucción en 2002, el plantel ha sido testigo del crecimiento urbano, los cambios generacionales y los retos que ha enfrentado la enseñanza pública en Acapulco. Varios exalumnos recuerdan cómo, aun con carencias materiales, la escuela se sostenía gracias al compromiso de sus docentes y al apoyo de las familias.
Un legado vivo en la memoria del puerto
Más que un edificio o un registro histórico, la escuela primaria representa un espacio donde se formaron líderes comunitarios, comerciantes, profesionistas, trabajadores del mar y servidores públicos que hoy sostienen gran parte de la vida social del municipio. Su legado sigue vivo en cada generación que reconoce haber pasado por sus aulas.
“Mi mamá, mis tíos y ahora mis hijos estudiaron allí. Es parte de nuestra historia familiar”, comenta Laura M., vecina del Centro, quien destaca que el plantel ha acompañado por décadas a distintas familias acapulqueñas.
A pesar del paso del tiempo, la escuela mantiene su compromiso con la formación de niñas y niños en un entorno de valores. Exalumnos coinciden en que el plantel representa una identidad compartida: un punto de encuentro entre la nostalgia, la gratitud y la memoria del barrio.
Un símbolo para Acapulco y su futuro educativo
El aniversario número 120 llega en un momento en el que las escuelas públicas viven desafíos profundos: reconstrucción, falta de recursos y la necesidad de fortalecer la enseñanza básica después de diversas crisis sociales. El valor histórico de la Ignacio Manuel Altamirano no solo recuerda lo que se ha logrado, sino lo que falta por defender para que las nuevas generaciones tengan un camino educativo digno.
Hasta el momento, no hay un comunicado oficial sobre actividades conmemorativas, pero exalumnos y docentes planean organizar un homenaje comunitario para celebrar la vida de la institución.
A 120 años de su fundación, la Ignacio Manuel Altamirano sigue siendo un faro educativo para Acapulco. Su legado inspira a defender una enseñanza pública fuerte, digna y profundamente humana.



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