Sobreprecio de uniformes policiacos sacude al gobierno de Abelina

Un nuevo escándalo sacude al gobierno municipal que encabeza Abelina López Rodríguez. Denuncias internas y documentos oficiales exhiben presuntos contratos inflados en Acapulco, ahora relacionados con la compra de uniformes para la Policía Municipal, con un sobreprecio superior a los dos millones de pesos.

El caso ha generado inconformidad dentro de la corporación policiaca y revive señalamientos recurrentes de corrupción en el Ayuntamiento de Acapulco, donde adquisiciones públicas terminan con costos muy por encima del valor real de mercado.

Uniformes de bajo costo, facturados como equipo premium

De acuerdo con testimonios de elementos policiacos y declaraciones públicas del secretario de Seguridad Pública municipal, Eduardo Arturo Bailleres, las prendas tácticas adquiridas podrían encontrarse en plataformas comerciales como TEMU con precios que oscilan entre 60 y 120 pesos por pieza.

Sin embargo, la orden de compra municipal las cotiza en más de mil pesos por unidad, lo que representa un sobreprecio de entre 900% y 1,500%, encendiendo las alertas sobre un posible fraude al erario.

“El retraso es porque alguien del Ayuntamiento quiere darnos uniformes de TEMU que cuestan 70 pesos y quieren que yo firme que cuestan 1,000. Yo no voy a firmar la robadera”, declaró Bailleres ante elementos de la corporación.

Una diferencia de más de 2 millones de pesos

La discrepancia está documentada. Una cotización del proveedor FRONTIS Industries, fechada el 22 de octubre de 2025, establece un costo total de 2.7 millones de pesos por casi el doble de uniformes. No obstante, la orden de compra emitida por el Ayuntamiento, a nombre de Ana Karen Mondragón González, asciende a 4.8 millones de pesos.

La diferencia supera los 2 millones de pesos, lo que equivale a un 73.6% más caro, pese a que se contemplan menos piezas y de menor calidad, según los propios policías.

Un patrón que se repite en el gobierno municipal

Este episodio no es aislado. Los contratos inflados en Acapulco ya han sido señalados en otros casos, como el de CAPAMA y el arrendamiento de camionetas con precios fuera de mercado. El esquema se repite: proveedores con costos razonables frente a contratos oficiales con montos inflados sin justificación técnica.

Las sospechas apuntan al secretario de Finanzas, Carlos Morillon, quien ha sido mencionado previamente por avalar adquisiciones con sobrecostos de hasta el 200%, según denuncias públicas.

Uniformes retenidos y contradicciones oficiales

Mientras el conflicto administrativo continúa, la tropa sigue sin equipamiento básico. Los uniformes, presuntamente ya adquiridos, permanecen retenidos debido a la negativa del secretario de Seguridad a firmar una operación que considera irregular.

Aunque posteriormente Bailleres calificó el hecho como un “malentendido”, la contradicción entre sus declaraciones y los documentos oficiales exige una auditoría inmediata y una revisión profunda de las compras recientes realizadas por el Ayuntamiento.

Las preguntas pesan tanto como los más de dos millones de pesos sin explicación: ¿quién autorizó el sobreprecio?, ¿quién se beneficia?, ¿hasta cuándo se repetirá este patrón en Acapulco? Mientras no haya auditorías claras ni sanciones, la desconfianza ciudadana seguirá creciendo.